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Un 17 "caliente"

Al cumplirse 25 años del 17 de octubre de 1945, el peronismo santafesino salió a las calles. Represión y una definición del jefe de policía: “Estamos en estado de guerra”. La cobertura de Nuevo Diario.

El 17 de octubre de 1970 tuvo características propias de ese momento histórico: consignas revindicando a los militantes que poco antes habían ejecutado a Aramburu, actos relámpago, represión.

Corridos por la policía de la Plaza de las Banderas, el acto se improvisó en la esquina de General Paz y J. M. Gutiérrez.  Cinco jeeps comando estaban estacionados en las inmediaciones y otros patrullaban la zona; dos carros de asalto esperaban a una cuadra.

Según la crónica de Nuevo Diario en paredes y vidrieras se habían colocado numerosos afiches con la imagen de Juan Domingo Perón, y un gran cartel en el que se podía leer: “Los Montoneros, Taco Ralo (FAP) nos Marcan el Camino”.

Y se podían escuchar estos estribillos:

Guerrillas Montoneras, Guerrillas de la FAP, Guerrillas Peronista para la Libertad,
Adelante Montoneros, con Perón Vamos Primero,
La Vida por Perón,
Evita, Perón, Traidores al Paredón,
Mazza, Perón, un solo Corazón,
Ramus, Medina, El Pueblo no los Olvida,
Fusiles y Machetes para Otro 17,
Hay, hay, hay (sic), los Gorilas están con Bronca porque viene el General,
A la Pelotita, Perón está Cerquita.

Los discursos estuvieron a cargo de Josefa de Alegre, por las mujeres peronistas de Santa Fe, María de Rodríguez Alderete, del Movimiento Femenino Nacional Peronista, y del ex diputado Miguel Torres. Por el sector gremial, el gráfico Francisco Yacunisi dijo que “en este 17 de octubre debemos ratificar que cuando decimos la vida por Perón, es porque estamos dispuestos a jugarla en cualquier momento”. Juan Carlos Gallo, por las Agrupaciones Juveniles Peronistas, pidió que el acto fuera presidido espiritualmente por Evita y “junto a ella como señalando el camino los compañeros fusilados en el 56, los fusilados de León Suárez, los compañeros Vallese, Ferrari, Maza, Abal Medina y Ramus porque ellos sí dieron la vida por Perón”. Agregó su condena a las fuerzas armadas, “únicas gestoras de la antipatria y representantes de la oligarquía vernácula y del imperialismo yanqui. Frente a esto el pueblo ha tomado el único camino posible: la guerra revolucionaria”, finalizó.

El representante de las Agrupaciones Universitarias Peronistas, Raúl Carignano “hablando ardorosamente” según Nuevo Diario dijo: “Que sepa la oligarquía que la juventud ha tomado la bandera y las armas, para que el pueblo traiga pronto a Perón a su Patria. Bolivia, Perú y Chile están en la línea del peronismo y por eso tiembla el régimen porque sabe que Perón vendrá a esos pueblos hermanos a festejar su triunfo. Nosotros ante la violencia del sistema capitalista consideramos justa la violencia del pueblo porque es la reacción de los oprimidos y de los explotados. La juventud argentina ha tomado las banderas populares y no cejará hasta que el pueblo tome el poder”.

Por su parte, el Dr. Celestino Marini, molesto por la prohibición de realizar el acto en la Plaza de las Banderas, dijo: “Me congratulo que este acto se realice en la calle, porque el peronismo nació en la calle y con imaginación y fervor también en la calle va a librar la batalla que liberará a la Patria”.

Tras este discurso, la manifestación comenzó a marchar hacia la Plaza, entonando estribillos y la marcha peronista. La policía intentó la dispersión, y cuando habían avanzado unos pocos metros, avanzaron los carros de asalto y comenzaron a arrojar una “impresionante cantidad” de gases lacrimógenos.

En la corrida que se generó, varias personas resultaron con lesiones. Cuenta Nuevo Diario que una dirigente peronista le espetó al jefe de Policía Teniente Coronel Humberto Bassani Grande: “Son unos asesinos, miren lo que han hecho con esa mujer”, a lo que el policía respondió: “Ustedes nos matan gente”. Cuando le fue recriminada su actitud, Bassani Grande replicó: “Estamos en estado de guerra”.

El propio jefe ordenó a un subordinado quitarle la cámara de fotos al reportero gráfico de Nuevo Diario, quien al resistirse, recibió un puntazo de bastón en el estómago y luego golpeó a Jorge Marcone, cronista del matutino.

La boca de Bassani Grande le volvería a jugar una mala pasada, algunos meses más tarde, cuando debió renunciar tras, eufórico luego de la localización de varias toneladas de explosivos y la detención de varios militantes, dijera: “Quiero aclarar que los únicos responsables de lo que está sucediendo en Santa Fe y en el país son los Curas Malditos del Tercer Mundo, que deben tener conocimiento de la existencia de los explosivos y amparados en el secreto de la confesión, están llevando a la destrucción de los hogares, al desconocimiento del hijo hacia el padre, a la rebelión total, por lo que no he de escatimar esfuerzos para desenmascararlos a fin de que pueda actuar el Poder Ejecutivo de la Nación, en la medida que corresponde. Ellos incitan a la violencia para conseguir el poder; incluyo en esta afirmación al Padre Osvaldo Catena y al mismo capellán de la Policía, Pbro. Atilio Espinosa, a su vez párroco de San Antonio de Padua”.


Pero sobre esto escribiremos en otra oportunidad. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cintia. Un buen ejercicio de la memoria.

LocoXRusia dijo...

Un capo mi abuelo humberto bassani grande!

 
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