En agosto de 2002, los que éramos jóvenes periodistas no conocíamos la denuncia que se había presentado en 1994 contra el hasta hoy arzobispo emérito de Santa Fe. El libro de Olga Wornat, "Nuestra Santa Madre", era una novedad.
Comenzamos entonces a conocer (los que éramos jóvenes en esa época) que había habido una investigación, una bendición del Vaticano y hasta una solicitada de apoyo al arzobispo motorizada por el entonces intendente Jorge Obeid y firmada además por el demoprogresista Miguel Bulrich y el usandizaguista Julio Tejerina. Y empezaron a surgir los testimonios que en el 94 no habían surgido y durante más de diez días, cuando el caso comenzaba periodísticamente, el silencio del principal medio de Santa Fe.
Y esto es lo que les dejo, la justificación de El Litoral de por qué hacía silencio.
El arzobispo Storni, un libro y la necesidad de actuar con prudencia
Los argentinos nos hemos olvidado de la prudencia, ese valor que los griegos deificaron y la cultura cristiana incluyó entre las cuatro virtudes cardinales.
Atormentados por nuestras desgracias cotidianas que devoran sueños, bienes y vidas, nos dejamos llevar por las peores pasiones. Enfurecidos, nos volvemos unos contra otros agravando los efectos de una situación extremadamente difícil.
El sonado caso del arzobispo de Santa Fe, convertido en escándalo nacional por el libro de una autora especializada en productos de impacto se ilustrativo de lo que decimos.
Olga Wornat, la periodista en cuestión, llegó a Santa Fe para asistir a la VIII edición de la feria del Libro. No presentó el suyo, pero movió con habilidad los hilos que preceden su aparición. Sin mostrar todas las cartas, creó expectativas sobre su obra y hasta reconvino a los santafesinos por no atreverse a hablar y denunciar aquellos temas que constituyen el contenido de su obra, denominada “Nuestra Santa Madre”.
Periodistas locales le prestaron inestimable colaboración a la colega porteña amplificando sus denuncias y favoreciendo el clima que una puesta en escena de esta naturaleza requiera para atraer a la gente. El prelanzamiento del libro estaba hecho. Ahora, la historia sigue en Buenos Aires. Y no cabe duda de que en estas condiciones sociales, la obra de Wornat se venderá como pan caliente.
De un día para el otro, la Feria del Libro que trabajosamente Santa Fe construye año tras año, fue barrida por el huracán de la denuncia contra monseñor Edgardo Gabriel Storni. Ya nadie se acuerda del resto, ni de las obras que allí efectivamente se presentaron. Una excitación enfermiza recorre el espinazo del país. El prejuicio remplaza al juicio. Qué importa el estado de derecho al que muchos invocan con una parcialidad que vulnera su sentido profundo. Ni los procedimientos, las investigaciones o las pruebas. El escándalo manda, consume, vende. Y en el terreno político, moviliza conciencias esclerosadas.
Muchos preguntan por qué El Litoral no se hizo eco de esta súbita conmoción que agita internas de la iglesia y su grey –atravesadas por una impiedad antievangélica–. El contexto temporal, impregnado por las denuncias de corrupción sexual infantil contra numerosos sacerdotes norteamericanos aumenta la combustibilidad del tema. Ciertas usinas ideológicas se relamen con el regalo y castigan en los flancos de la Iglesia. Odios viejos se activan con la denuncia de Wornat, mientras algunos fragmentos son adelantados con delectación a través de Internet y publicaciones periodísticas. La promoción funciona como un mecanismo de relojería y exhibe una rara eficiencia en un país donde nada funciona bien.
Lo curioso es que Wornat detona pólvora vieja –y hasta se diría que vencida– una bomba mediática cuyo estruendo es amplificado por el conjunto de los medios, temerosos de quedar bajo sospecha. Así funcionan las cosas hoy. A veces por rating, otras por miedo, la violencia “ambiental” desplaza procedimientos, inhibe defensas y complica la búsqueda de la verdad.
El Litoral tiene derecho a ser fiel a sí mismo y un deber de consecuencia con los principios que invoca y por los cuales lucha desde sus columnas editoriales. Escribimos estas líneas con la libertad que nos confiere el hecho de no militar en ninguna interna de la Iglesia y con la autoridad que nos da el hecho de haber sido críticos con Monseñor Storni en diversas oportunidades.
Es más, el caso en cuestión fue informado por El Litoral en 1994 cuando la Iglesia ordenó una investigación sobre el arzobispo, tarea que dirigió monseñor José María Arancibia que, a ese efecto, estableció su base operativa en la vecina ciudad de Paraná. La misma Olga Wornat cita en su libro a El Litoral. De modo que no tenemos nada que esconder. En cambio, podemos preguntar dónde estaban muchos de los que ahora se rasgan las vestiduras.
El hecho es que hubo una investigación profunda de la iglesia y que las actuaciones se elevaron al Vaticano sin que se produjeran sanciones. Tampoco hubo ninguna acción interpuesta por particulares que se sintieran dañados u ofendidos ante los tribunales penales. Esta realidad, así como el paso del tiempo y los eventuales daños y heridas que ahora pudieran producir o reabrir en diversas personas exigen un ejercicio de prudencia.
Monseñor Storni genera muchas resistencias dentro y fuera de la Iglesia; su manera de interpretar el papel de la institución, concebir el poder del pastor y conducir a su grey provoca críticas muy fuertes y públicos desafectos. Pero una cosa son los legítimos desacuerdos y otra, muy distinta el rumor corrosivo que apunta a la destrucción de una persona y a su desplazamiento de la silla episcopal. Si hay dudas consistentes acerca de sus actos, cabe una investigación seria –o su reactualización– a través de los órganos competentes de la iglesia que tiene deberes de responsabilidad consigo misma y con la sociedad en general. Pero hay normas que seguir, aun cuando la condena pudiera llegar. Entre tanto, El Litoral no se va a prestar a juegos sucios.
El Litoral, 16 de agosto de 2002
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Agregado. El texto de la solicitada de 1994
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Agregado. El texto de la solicitada de 1994
Apoyo y agradecimiento a Monseñor Edgardo Gabriel Storni
Nosotros, vecinos de Santa Fe en el gobierno municipal, declaramos nuestro apoyo y reconocimiento a las tareas que como Arzobispo de Santa Fe viene desarrollando desde hace diez años Monseñor Edgardo Gabriel Storni.
Somos testigos de la preocupación pastoral de Mons. Storni por todos y cada uno de los problemas de la ciudad, sobre todo de los que afectan a los sectores más humildes y postergados.
Somos testigos de las múltiples actividades de la Iglesia en los barrios más necesitados de la ciudad, destinados a la evangelización y promoción humana, sin sectarismos de ninguna especie.
Somos testigos de la permanente presencia de Monseñor Storni apoyando las iniciativas que desde el Gobierno provincial, el Honorable Concejo Municipal y la Intendencia se han desarrollado en las áreas de acción social en los barrios más pobres de nuestra ciudad.
Somos testigos de la prédica inclaudicable de Monseñor Storni alertándonos acerca de los peligros de la corrupción, del consumismo, la secularización y la pérdida de la dimensión trascendente del hombre.
Firmas: Ingeniero Jorge Alberto Obeid, Intendente Municipal. Dr. Juan Carlos Pelusa, Secretario Privado del Intendente. Lic. Julio Esteban Barberis, Secretario de Gobierno, Cultura y Acción Social. Ingeniero Carlos Feruglio, Subsecretario de Gobierno. Profesora María Celia Costa, Secretaria de Cultura. Arquitecta María del Carmen Lazzarini, Subsecretaria de Acción Social. Arquitecto Edgardo Gambini, Subsecretario de Planeamiento. Arquitecto Marcelo Álvarez, Secretario de Obras Públicas. Arquitecta Nancy Besaccia, Subsecretaria de Obras Públicas. CPN Nora de Lucca, Secretaria de Hacienda. CPN Walter Agosto, Subsecretario de Hacienda. Oscar Sarsotti, Secretario de Servicios Públicos. Ingeniero Carlos Brema, Subsecretario de Servicios Públicos. Ingeniero Martín Balbarrey, Secretario de Asuntos Hídricos. Ingeniero Raúl Gallego, Subsecretario de Asuntos Hídricos. Dr. Salvador Aiello, Secretario General. Dr. Telmo Buschiazzo, Subsecretario General. Dr. Adalberto Damianovich, Fiscal municipal. Dr. Julio Jeanney, vocero de prensa municipal. Marta Bertero, responsable del Centro Cultural Municipal. Rubén Mehaoud, Presidente del Concejo Municipal. Ingeniero José Kerz, concejal del PJ. Dra. Lidia Martínez, concejal del PJ. Manuel Viña, concejal del PJ. Alfredo Hediger, concejal del PJ. Antonio Guerrero, concejal del PJ. Eduardo Errante, concejal del PJ. Juan Nicolás Piazza, concejal del PJ. Raúl Rodríguez, concejal del PJ. Dr. Juan Carlos Forconi, concejal del PJ. Dr. Julio Tejerina, concejal UCR. Dr. Miguel Bulrich, concejal PDP.Santa Fe, viernes 23 de diciembre de 1994
4 comentarios:
el litoral es de Clarín, no? y yo que me quejo de nuestro diario local, La Nueva Provincia, veo qeu estos no le andan tan lejos, a lo sumo tienen mejores redactores, pero se quedaron en el medioevo igual a la flia Massot. Que bueno que ahora el papel de diario se distribuirá en forma equitativa y sin la extorsión de seguir una línea editorial para que te den cupo, que empiezen a surgir diarios que por lo menos estén en la edad moderna!!
FernandoBBca
muy bueno... saludos
muy bueno, saludos
Una buena nota, estaria bueno traer a la maemoria más titulos de ese año 94.
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