El duelo por la esposa del presidente de la República no es solamente el duelo oficial por la mujer que tuvo tan activa participación en la vida pública de nuestro país desde antes de que su esposo fuese electo por primera vez presidente de los argentinos; es indiscutiblemente un duelo popular, como lo prueba la inmensa falange de hombres, mujeres y niños que desde ayer por la mañana desfila por la capilla ardiente en que yace el cadáver de la ilustre señora, renovándose sin pausa en todo el país antelas capillas ardientes levantadas por el fervor de quienes la admiraban y querían. Aunque sin títulos oficiales que en ocasión memorable declinó ante el pueblo de Buenos Aires, reunido para aclamarla como futura vicepresidenta de la República, su actuación en el Ministerio de Trabajo y Previsión como intermediaria entre las masas obreras y el gobierno de la Nación; la labor que en favor delos menesterosos, de los niños humildes y desvalidos realizó como fundadora y presidenta de la Ayuda Social; su misión inspiradora de leyes justas y benéficas, como la que diera a las mujeres argentinas los derechos políticos que durante un siglo se les habían negado y las que amparan los derechos dela ancianidad y de la niñez; su incansable afán proselitista en favor del justicialismo y de todo lo que representa como reforma social y dignificación de la clase trabajadora argentina; su constante preocupación por el porvenir delos niños y de los jóvenes, por la salud del pueblo y por el bienestar de los humildes, a cuya clase ella se jactaba de pertenecer; su misma indiscutible influencia en los consejos del gobierno, justifican de sobra los honores póstumos que se le rinde y el hondo pesar por su fallecimiento de aquella gran parte del pueblo que en vida la consideró su abanderada y la llamó su compañera.
La historia dirá su certera palabra sobre Eva Perón, sus obras y sus declaraciones. Ratificará, sin duda, las opiniones expresadas en la triste ocasión de su muerte o sea que fue mujer de temple excepcional, trabajadora hasta el sacrificio heroico en favor de sus ideales, amante de su pueblo, hondamente caritativa y orgullosa del sentido que dio a su vida
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