En abril y mayo de 1925 se produjo un interesante caso en el que los propietarios de medios de la ciudad decidieron en conjunto abroquelarse contra la “Liga Santafecina de Football” y sus clubes afiliados.
Por entonces había dos ligas, y en aquellos días se procuraba su unificación. Simultáneamente, en algunos partidos se habían suscitado incidentes que fueron informados por todos los diarios de Santa Fe.
Un delegado de uno de los clubes fue “desconsiderado e insolente” con un cronista deportivo. Como no quisieron adoptar el camino del duelo, el círculo de la prensa decidió enviar una nota a la dirigencia de la Liga señalando que mientras no se ofreciera “legítima satisfacción” no se informaría acerca de las resoluciones adoptadas por la entidad. Sin embargo, sin darse por enterada, la liga seguía enviando información.
En esa agrupación, militaban los clubes Colón, Brown, Gimnasia y Esgrima, 9 de julio, Instituto, Ferrocarril Santa Fe, Independiente, Central Argentino y otros clubes de divisiones inferiores. El diario Santa Fe les pedía que se abstuvieran de enviar resoluciones, pues no serían publicadas.
La cosa continuó su evolución, al punto que el 12 de mayo los señores Salvador Espinosa, Antonio Juliá Tolrá, Pedro Alejandro Víttori y Carlos Doce, representantes respectivamente de los diarios Santa Fe, Nueva Época, El Litoral y El Imparcial, se reunieron y emitieron una declaración en la que señalaban:
Que las entidades deportivas están obligadas a dar pruebas de cultura en sus relaciones generales. Que la prensa local ha sido siempre complaciente y atenta con todas las instituciones deportivas interesándose por el desarrollo de la cultura física (…). Que se hace necesario garantizar en el desempeño de su misión al periodista, sea grande o pequeña su jerarquía. Que la prensa da siempre mucho más de lo que recibe y que buena prueba de ello es el incremento del Foot Ball local, al cual han contribuido, con absoluto desinterés, los diarios locales.
Reiterando la medida del Círculo de la Prensa, los directores de los cuatro diarios de Santa Fe resolvieron no dar lugar en sus columnas a ninguna actividad deportiva de la Liga y sus clubes, solicitando además la solidaridad de los agentes y corresponsales de los diarios.
La liga respondió que buscaba “terminar de una vez por todas con esta situación molesta” y resolvió declarar que no había habido agravio alguno. Reconocía sin embargo la cooperación en la difusión de sus actividades y señalaba que no podía hacer nada con las opiniones personales de los delegados que integraran la entidad, puesto que esta no se había solidarizado con esas opiniones.
Los cuatro directores decidieron no aceptar por insuficientes las explicaciones. Esperaban una retractación pública. Pero una semana después, el frente de los propietarios se quebró, ya que Víttori hizo gestiones por su cuenta, logrando su “satisfacción” y dejó al resto a la deriva.
1 comentarios:
Legítima satisfacción... no es mala esa, eh? Ni para la época en que fue escrito el post ni para aquel 1925 ni para ahora.
Lo raro de esta historia es que un Vittori se haya cortado solo, cosa de locos lindos
Publicar un comentario