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A privatizar

Se le recuerda haber sido ministro en la dictadura. Pero el hombre tiene varios galones más. Para 1972 la Municipalidad de Santa Fe fue intervenida y asumió como secretario de Hacienda y Administración Juan Carlos Mercier. Una de sus primeras propuestas, en medio de un paro de obreros municipales, fue privatizar los servicios de limpieza.

Algunos, no todos, suelen recordar que Juan Carlos Mercier, antes de ser el ministro de Hacienda de Carlos Reutemann fue ministro de la dictadura (su currículum, acá). Menos recordado es su paso por la Municipalidad de Santa Fe, en los años 1972 y 1973.

Desde 1969 era intendente de facto Conrado Puccio. Una ordenanza promulgada en 1972 equiparaba salarialmente a los municipales rosarinos con los santafesinos. La novedad dura apenas dos meses, hasta que llega el veto del gobernador y comienzan a retrasarse los pagos de salarios. ASOEM inicia un largo paro el 13 de junio.

Eran días de mucha agitación: en las calles los estudiantes, militantes gremiales y vecinales, entre otros, manifestaban, y la policía reprimía.

La huelga municipal recibía apoyos de esos sectores, se organizaban ollas populares y marchas del silencio.

Sin respuestas a la que ya se transformaba en una crisis sanitaria en la ciudad, la municipalidad es intervenida y asume el Cnel. (Re) Francisco Sgabussi, hasta entonces subjefe de policía de la provincia. Y como secretario de Hacienda y Administración, el contador Juan Carlos Mercier. Una de las primeras medidas que anuncia es la privatización de los servicios de limpieza.

El fin de la huelga

El nuevo intendente efectuó una propuesta que es unánimemente rechazada por los municipales. Se los intimó a volver al trabajo y comenzaron a utilizarse a presos de comisarías y de las cárceles de Las Flores y Coronda para recoger la basura de las calles.

El 30 de junio la CGT convocó a un paro general en apoyo de los huelguistas. La jefatura de la Unidad Regional I emitió un comunicado, advirtiendo que habría un estricto operativo de control. Y exhortaba:

Se recomienda a la población abstenerse de participar en actos o manifestaciones para los que no se ha solicitado autorización, por estar en pugna con claras disposiciones vigentes en la materia.

Asimismo, se reitera la recomendación dada en comunicados similares a los padres de jóvenes y niños, para que impidan la consecuencia de los mismos a reuniones que, por no estar autorizadas, serán indefectiblemente impedidas por la autoridad policial.

Con incidentes, especialmente en Villa del Parque y Santa Rosa de Lima, la huelga se cumple. Destacó en un comunicado el Secretariado Nacional del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo:

El paro decretado por la CGT local, con el apoyo de casi la totalidad de los gremios, manifiesta la convergencia de la clase trabajadora en la lucha y la necesidad de continuar combatiendo la situación de miseria y opresión política y económica que vive el pueblo argentino, y oponerse a la vergonzosa entrega nacional.

(…) La capacidad manifestada en los barrios marginados: las ollas populares nacidas de la misma fuerza del pueblo que no se doblega, y la solidaridad manifestada por la comunidad, en especial de ciertos sectores de gremios y estudiantes, demuestran que los barrios tienen un nivel de conciencia y dignidad que nadie debe desconocer ni subestimar.

La huelga finalizó el 4 de julio. El balance de ASOEM:

La huelga ha quedado atrás, con su secuela de violencia, enfrentamientos, terrores y sufrimientos. Han sido 23 días inolvidables, plenos de contradicciones, de tensiones, de expectativas; pero al final, la razón se impuso. Claro, que un poco ayudado por la fuerza. Lamentable conclusión, que entristece y subleva, al mismo tiempo. Pero, de cualquier manera, el epílogo resulta fecundo; en primer lugar, porque el gremio ha visto satisfecha sus exigencias; en segundo término, porque las jornadas intensas que se han vivido, pusieron de manifiesto la indestructible unidad de la clase trabajadora santafesina, y en definitiva, porque la solución del conflicto importa un expreso reconocimiento del derecho de huelga, consagrado por el artículo 14 bis de la Constitución, y muchas veces negado al trabajador estatal.

Mercier siguió haciendo carrera.

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