Una pierna ortopédica, la internación en un asilo, ropa para
los pibes, una cama, una máquina de coser, son algunos de los cientos de
pedidos que se llevó Eva en su primer paso por la ciudad.
Cientos de santafesinos respondieron a la invitación que el
28 de noviembre de 1947 hizo el diario El Orden a sus lectores.
El 7 de diciembre, llegaría Evita a Santa Fe, para inaugurar
el Hospital de Niños que hasta 1955 llevó su nombre. “Como la primera dama
argentina no ha de tener tiempo en su breve visita para atender a todos los
santafesinos que quieran exponerle sus problemas, EL ORDEN invita a cuantos
estén soportando padecimientos físicos o morales o atravesando por situaciones
apremiantes de cualquier género, a pasar por nuestra redacción para dar cuenta
de ellos, en la seguridad de que, de esta manera, llegarán a conocimiento de la
esposa del primer magistrado para que ésta, como es su costumbre le dé la
solución que corresponde”.
Fue así que desde el día siguiente hasta el mismo domingo 7,
bajo el título de “El Orden y la obra social de Evita”, se publicaron los
padecimientos y pedidos de cientos de santafesinos que esperaban ser atendidos
por la “Dama de la Esperanza”.
Fueron especialmente mujeres de todas las edades, las que se
acercaron al diario y pidieron: trabajo, la excepción del servicio militar para
el hijo, una máquina de coser, ayuda para construir un rancho, ropa para los
chicos, pensión a la vejez, la libertad de un hijo preso, en fin, cientos de
solicitudes que son también una buena radiografía social de nuestra ciudad.
Catalina Ambrosio de Peralta, con 39 años, se presentó ante
la redacción del diario con un pedido muy especial. Dijo que había sido madre
de mellizos el último 18 de agosto. Sus hijos se llamaban María Eva y Juan
Domingo. La señora, con 13 hijos más, solicitaba a la “Dama de la Esperanza”
que fuese la madrina de sus hijitos.
Otro de los pedidos destacados fue el de Lilia Ida Belgradi,
de 17 años. Le faltaba una pierna desde su nacimiento y sus familiares habían
hecho diversos trámites para la obtención de una pierna ortopédica, “pero el
precio es excesivo, por lo que tuvieron que desistir del justo deseo de ver a
la jovencita en condiciones de poder alternar, sin desmedro, con sus amiguitas.
Lilia Ida solicita a la Dama de la Esperanza ayude a sus padres a ver
satisfechos sus deseos”.
En el despliegue de páginas y páginas realizado por El Orden
durante más de una semana, se publicó también:
Evita (…) representa en estos momentos lo más puro, más notable y más sano que tiene la mujer de este país, que desde las grandes gestas de la Independencia supo poner a contribución de las más elevadas causas nacionales, toda su grandeza de alma, su espíritu de sacrificio, su abnegación, su amor a los que defienden ideales consubstanciados con la esencia misma de la humanidad, constituyéndose al mismo tiempo en madres, esposas, novias y hermanas de los que necesitan aliento y apoyo en la lucha contra la opresión y la justicia.
A pesar de todo lo que le debe el país a la mujer, políticos retrógrados, empeñados en conducir a la nación hacia un proceso involutivo, sustentando conceptos arcaicos aventados por las nuevas corrientes sociales y políticas, la mantenían alejada de todos los problemas candentes de la hora, como si para encarar la solución de los mismos hubiera que entrar en terreno prohibido para el bello sexo.
Fue necesario que surgiera en el escenario político argentino la poderosa figura del general Juan Domingo Perón, para que se le concediera a la mujer el derecho de ocupar el puesto que le corresponde en la sociedad. Y para ventura de la mujer argentina estaba y está al lado del líder, estimulándole en esa tarea innovadora y valiente, la gran Evita, la compañera de su vida, cuya mayor preocupación es coadyuvar en la labor gigantesca del presidente de la república, tomando a su cargo los aspectos de la misma que mejor puede interpretar su sensibilidad. Y la mujer argentina consiguió los derechos políticos, que ahora está dispuesta a hacer valer, para evitar que los que siguen conspirando contra la recuperación política, social y económica del país consigan sus siniestros propósitos, lo que, felizmente, no ha de ocurrir, pro la decisión con que el pueblo argentino sostiene a su jefe.
Más detalles de la primera visita de Eva a Santa Fe, acá.
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