Salvador Caputto llegó a la ciudad habiendo ejercido como periodista en El DÃa de Montevideo y La Razón de Buenos Aires. En Santa Fe el radicalismo recién se estrenaba en el gobierno, y rápidamente se dividÃa. En uno de esos sectores se encuentra Caputto al arribar a la ciudad, y con ellos milita, a través del periodismo, desde La Palabra.
Este vespertino, nacido en 1915 y del que Caputto era jefe de redacción, realiza a fines de ese año un pequeño racconto de su existencia y asà se explica:
El partido radical a cuyas filas pertenecÃamos en calidad de afiliados los más y de aliados naturales de un gobierno liberal el resto, necesitaba un órgano de combate, que encarnando los ideales de la causa pusiera a raya a los fieros malandrines que trataban de despedazarlo. Partido y gobierno venÃan siendo vÃctimas de apasionadas campañas que partÃan de la prensa conservadora. Entonces nació La Palabra.
DecÃa tirar 10.000 ejemplares y, como correspondÃa a un diario militante, aclaraba que “los redactores y colaboradores de La Palabra no cobran sueldo por su trabajo, el que realizan gustosos en homenaje a la causa y a la tendencia del diario”.
Ya propietario de El Litoral, en enero de 1920 visitó algunos departamentos del norte de la provincia, en gira electoral apoyando al candidato radical Enrique Mosca. Bajo el seudónimo Manuel Blanco, Caputto publicó el 8 de febrero en El Pueblo de Reconquista una colaboración titulada “¡Cuando Mosca suba!”. Es una muy conmovedora pieza periodÃstica-militante, que, completa, se reproduce más abajo y que finaliza:
Si este peón le comunicara a sus compañeros su Ãntima esperanza [que suba Mosca], les dirá que yo le abracé en medio de la imponente majestad del silencio afiebrado de bien y de justicia, apartando el corazón y la cabeza de la áspera jornada realizada entre pantanos e insectos, buscando un poco de bondad para los pobres compatriotas que habitan en los montes santafesinos.
Mosca ganó, Salvador fue convencional constituyente, Mosca vetó la constitución, reprimió y dejó reprimir a los obreros de La Forestal.
Igual, yo me quedo con otro escrito de Salvador Caputto, más imbuido de ideas anarquistas y que, seguramente sorprenderán a los que hoy continúan en el diario que fundara en 1918.
Su lucha [la del huelguista agremiado] es el espectáculo más atrayente de la historia por cuanto proclama libertad amplia como ideal humano, al trabajo como necesidad fÃsica, a la igualdad económica como el triunfo de la inteligencia sobre el privilegio.
Dos textos de Salvador Caputto
Moral de la organización obrera
Cuando Mosca suba
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