Cualquier cosa menos radicales

Un radical es hoy catapultado a la categoría de héroe nacional. Pero las miradas sobre los hombres de este sector político no siempre fueron tan benévolas. En Santa Fe, la antigua tradición radical (revolucionaria e intransigente) despertaba la ira de los periódicos.

Por 1898 había en la ciudad al menos tres periódicos: Nueva Época, que había nacido con el gobierno de José Gálvez y era de lo más conservador que tuvo Santa Fe; Unión Provincial, afín a José Iturraspe y que ese año estrenaba por primera vez el traje de oficialista y El Tribuno, sostenido por los radicales.

A los radicales los atacaban todos, pero especialmente Nueva Época. Pero, por el momento, los radicales no eran más que objeto de burla. Unión Provincial en realidad estaba enojada con el galvismo por poner trabas a la elección de Iturraspe.

Por ello, les dedicaba una curiosa nota. Decía:

Los únicos que hacen competencia a los radicales en eso de decir dislates políticos son algunos galvistas. Algunos, entiéndase bien, porque la mayoría no talla.

Los que la están muñequeando son los menos: los que tienen el estómago sin jugo gástrico.

Desgraciadamente de vez en cuando esos malacabeza arrastran en pos de sí a Nueva Época.

Ayer, por ejemplo, le hacen decir al distinguido colega que la actitud de los radicales compromete la candidatura de Iturraspe

Entonces Unión Provincial intentaba poner las cosas en claro, no vaya a ser que nos confundan con los radicales… “¿Qué tiene que ver Iturraspe con lo que haga o dejen de hacer los radicales? Iturraspe que no es radical, ni candidato de los radicales, no tiene con ellos afinidades de ningún género. ¿Por qué no lo hacen responsable también de lo que dice o deja de decir el emperador Guillermo? ¡Vamos! Eso ya parece juegos de niños o chocheras de viejo!!”, finalizaba el periódico.