“El paladín de la democracia en Santa Fe”
El primer acto del Comité Zona Centro de la Unión Democrática se realizó en nuestra ciudad el 13 de agosto de 1945, iniciado con las estrofas del Himno Nacional y la Marsellesa. Su secretario general, Aldo Tessio, fue el primero que pronunció un discurso, seguido por Enrique Mosca, Eduardo Laurencena, la señora María de Escurra, el ex concejal (y periodista de El Litoral que pocos meses después sería ferviente peronista) Miguel Ritvo y un representante del Partido Comunista.
Cuando se realizó la Marcha de la Constitución y la Libertad, El Litoral no dudó en interpretar de modo claramente militante lo sucedido en Buenos Aires.
“Nadie puede dudar que el actual gobierno carece de apoyo popular”, expresó un diario conmovido al ver a un “pueblo pacífico”, de “serena grandeza” que resistía, en las calles, heroicamente, lo que se tramaba en “escondidos tugurios” (“La ciudadanía en marcha”, 20 de septiembre de 1945).
Pisando el fin de año, con la fórmula Tamborini-Mosca ya lanzada y el 17 de Octubre latente en el recuerdo, vociferó la general esperanza de los argentinos en esa “fórmula de la democracia”, con “dos ciudadanos con experiencia política y con antecedentes honorables en la función pública”. Nada menciona de la triste actuación de nuestro ex gobernador Enrique Mosca en el veto a la Constitución de 1921, de la represión hacia los obreros de La Forestal y de sus medidas frente a la huelga de los maestros.
Pero eso carecía de importancia para el diario, que aguardaba por una “vida civilizada”, que se lograría luego de que los argentinos se dieran el trabajo de “esclarecer conciencias extraviadas” (“La fórmula de la unidad democrática”, 31 de diciembre de 1945).
Ya hemos visto la crónica realizada por este diario cuando Perón llegó a Santa Fe a realizar su campaña. Cuando Tamborini y Mosca, los “mensajeros de la democracia”, fueron en gira electoral a Rosario, El Litoral los calificó como “estadistas empeñados en interpretar la realidad social del país para resolver sus diversos problemas, no de acuerdo con providenciales ocurrencias o según un modelo original o auténticamente criollo, sino orgánicamente, legalmente, inteligente y responsablemente, que es como los hombres de gobierno y los partidos orgánicos tratan de resolver los problemas y asuntos públicos”.
Bien. Veamos qué había enfrente: estaba “el candidato del continuismo”, que no ofrecía “a la consideración inteligente o atenta, más que una primaria enunciación de planes sin madurez, sin contenido”.
Sus ideas de gobierno se basaban en una idea “primitiva del poder”. Entonces El Litoral instaba a reflexionar “a todo aquel que sepa pensar”. Y no eran todos, obviamente, porque la propaganda antidemocrática aumentaba “la confusión en las gentes simples, que ellas sí, con esa propensión a la credulidad que el pueblo posee, obran de buena fe, creyendo que los problemas sociales pueden resolverse mediante las dictaduras de tipo reaccionario” (“Responsabilidad del gobierno”, 28 de enero de 1946).
A Santa Fe, los candidatos de la Unión Democrática llegaron el 3 de febrero. El diario los recibe en su redacción y publica como un trofeo los autógrafos y dedicatorias de los candidatos y de Elpidio González.
Para “El Litoral” paladín del ideal democrático en Santa Fe, mi saludo cordial José Tamborini.
Por intermedio de “El Litoral” saludo emocionado al pueblo de mi nacimiento en esta hora memorable que se ansía de recuperar el restablecimiento de las libertades perdidas en estos últimos años. E. M. Mosca
¿Cómo ser ciudadanos de un país libre? Fácil: elegir entre “dos concepciones de la vida y del destino humano”: la una, “la que da vigor a los hombres sanos y optimismo a los que confían en su capacidad, en sus derechos, en sus destinos”. Frente a esos hombres sanos, los “resentidos con un orden que no pueden superar mediante un esfuerzo inteligente; los subhombres” fruto de una “confabulación de todas las fuerzas inorgánicas y de todas las aberraciones sociales”. (“Santa Fe proclamó a la democracia”, 3 de febrero de 1946).
Y llegó el 24 de febrero. Hay mucho para decir sobre los reacomodamientos del diario con el triunfo de Juan Domingo Perón, pero será en otro post. Nos cruzamos ahora de vereda.
“La gran cruzada”
Dejamos de lado por ahora la saga que El Orden publicó tras el triunfo de Perón y en rechazo hacia el modo en que El Litoral se amolda a la nueva situación. Nos vamos al 11 de mayo, día en que el Colegio Electoral proclamó ganadora la fórmula Leandro Meiners-Juan Pardal para gobernar Santa Fe y que una semana después quedaría desecha.
Con motivo de la proclamación, el 12 de mayo se organizó una “demostración” para Fernando Estrada, el hijo del fundador del matutino a cargo de su dirección desde el fallecimiento de don Alfredo. El homenaje, un “almuerzo popular”, se realizaba con la adhesión de militantes peronistas “que valorizan la obra llevada a término por el agasajado que, sin vacilaciones, orientó la prédica periodística a favor de los principios de la justicia social y en pro de la renovación institucional”.
Ya es inhallable en el periodismo de hoy una muestra de sinceridad tal como la publicada por El Orden cuando dice que esta demostración se hacía “en mérito a las simpatías conquistadas por el señor Fernando Estrada y su tesonera lucha en defensa del movimiento que tiene por líder máximo al coronel Perón, puesta de relieve a través de las ediciones de este diario” (“La demostración de hoy al director de ‘El Orden”, 12 de mayo de 1946).
El presidente de la Comisión Organizadora señaló en su discurso “la decisión y el desinterés con que, desde la función periodística, había contribuido a la defensa de los ideales de justicia social que dieron fisonomía al movimiento que fuera iniciado por el coronel Perón”; desinterés que no fue tal, porque circulaban rumores de que Estrada, militante de la UCR-Junta Renovadora, sería designado intendente de Santa Fe, cosa que no ocurrió.
Por su parte, el senador nacional Armando Antille expresó que por un lado, muchos diarios de todo el país demostraron “la incomprensión de las realidades políticas y sociales” y “estuvieron al servicio de las fuerzas regresivas, de los privilegios de la oligarquía y contra las legítimas aspiraciones de las multitudes proletarias”, y por otro lado, El Orden “se colocó en una posición realmente excepcional”. Y agregó: “los peronistas han valorado y valoran la actitud del señor Fernando Estrada”.
El director de El Orden también dijo lo suyo. En alusión a, entre otros, El Litoral, marcó que “los enemigos de los principios de la justicia social que integran entidades que organizaron la resistencia a las aspiraciones populares y recurrieron a toda clase de procedimientos se hallan inhibidos para aparecer a pocos días de la victoria como amigos de la nueva política renovadora”.
Estrada, también director de un diario militante como El Litoral, “se felicitó por haber sido útil en la gran cruzada que culminó con el triunfo electoral tanto en la jurisdicción nacional como provincial” (“En un ambiente cordial y entusiasta fue homenajeado nuestro director”, 13 de mayo de 1946).
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