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| Fotografía de El Litoral, 2 de enero de 1946 |
En nuestra provincia, la elección del 24 de febrero tuvo sus particularidades, que veremos en pocos días. Pero antes de ello, el 1º de enero de 1946, Juan Domingo y Eva Perón arribaron a Santa Fe en medio de la campaña electoral.
El diario El Litoral ya había manifestado su posición contraria al ascenso del coronel cuando se desempeñaba como secretario de Trabajo y Previsión
Y aunque era insoslayable dar a conocer el paso de Perón por Santa Fe, destacó la impuntualidad del acto: estaba convocado para las 18.15, pero el tren no arribó sino dos horas después.
En la Estación del Ferrocarril Central Argentino aguardaban dirigentes del Partido Laborista, de la Unión Cívica Radical-Junta Reorganizadora y de numerosos sindicatos. El público, ante la demora, decidió trasladarse al Parque Belgrano, donde se realizaría el acto.
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| Los muchachos peronistas, en foto de El Litoral |
Llegados al Parque, “un grupo de jinetes avanzó hacia el palco vivando al candidato y a las autoridades policiales que debieron reforzar el cordón para evitar una avalancha”.Abriendo la marcha de la cabalgata, un niño vestido de gaucho en un petiso, llevaba una bandera argentina. Grupos aislados, por su propia iniciativa, ostentaban diversos carteles; un grupo de muchachones en una caña había fijado un almanaque y debajo una leyenda. De este modo, una muchedumbre abigarrada que debió correr apenas jinetes y carroza se puso en marcha, se trasladó al parque Belgrano. El candidato, de pie, saludaba al público. Adelante, en un auto personal de la policía federal le custodiaba. (…) Siguió la marcha la columna por calle General López hasta calle San Martín.
La bienvenida a Perón fue pronunciada por Manuel Díaz, presidente de la Junta Central Zona Norte. Según El Litoral debió empezar varias veces su discurso por falta de atención de los grupos, muchos de los cuales se retiraron a las 21.
Luego habló el dirigente de la UCR-JR Raúl Beney, y posteriormente otros oradores.
Descamisados
Cuando Perón avanzó hacia el micrófono, lo saludó una prolongada ovación. “Desde todos los ámbitos partió el pedido general de que se sacara el saco para quedar en camisa, lo que el coronel Perón hizo; también se le saludaba agitando una camisa”.
En su discurso aseguró que no perseguía la destrucción de nadie, sino “la construcción equilibrada de la patria”.
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Un año después de las elecciones, el presidente y su esposa, de gira en Santa Fe. |
Relató Perón la lucha que este último punto implicaba: “se refirió a que la oligarquía, después de perder la batalla, que fue ganada por la masa obrera, se ha dedicado ahora a comprar armas de contrabando, pero sus directores olvidan que para manejar las armas se necesitan hombres y ellos no son hombres”.
Aseguró además que no hubiesen existido problemas, ni internos ni internacionales, si el gobierno de la revolución de la que formó parte hubiese decidido vender el país. “El movimiento que respalda nuestra reforma, es de reforma y depuración, pide talento, pero también pide virtud. Y por tal razón nuestro movimiento orgánico, no puede ser una turba política. Por tal razón he esperado hasta este viaje para decirles que no pueden organizar turbas políticas, sino que se debe realizar una organización perfecta, en la que tengo fe, pues cuando hay organización se vence al número, a la violencia, a la maldad y a la mentira”.
Más adelante, según El Litoral, “atacó a la prensa expresando que no eran órganos de opinión, sino sencillamente órganos mercantiles, donde se deslizaban la calumnia y la mentira”.
Cuando el discurso finalizó, el público intentó traspasar los cordones policiales para acercarse a Perón “pero la policía logró evitar inconvenientes, aunque el candidato tropezó con dificultades para llegar hasta la carroza con algunos miembros de la comitiva”. Desde allí se dirigió a la casa del Dr. Antille, conde lo esperaba Eva.
El discurso completo
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