Por inspiración de Perón, el 20 de diciembre de 1945 el
secretario de Trabajo y Previsión Domingo Mercante dio a conocer el decreto que
aumentaba los salarios e instituía el aguinaldo. Repercusiones en Santa Fe.
En plena campaña electoral y con la Unión Democrática ya
formada, se dio a conocer el 20 de diciembre de 1945 el decreto 33.302: además
de un aumento general de salarios, se creaba para la mayoría de los
trabajadores el sueldo anual complementario.
La medida fue claramente electoralista: el 24 de febrero se
votaba. Pero esa circunstancia poco importaba a los miles de asalariados
beneficiados con la medida.
Los que pusieron el grito en el cielo fueron los
empresarios, la llamada “prensa independiente” que apoyaba a la Unión
Democrática e insólitamente algunos sindicatos de orientación comunista que
integraban esa fuerza junto al radicalismo, el socialismo y la democracia
progresista.
El Litoral imaginaba un escenario apocalíptico y pedía que,
en una “actitud patriótica”, las autoridades eliminaran el aguinaldo, “ese
factor de perturbación”; a los industriales y comerciantes, solicitaba que
consideraran las aspiraciones de sus trabajadores “para evitar que el tutelaje
de la demagogia se atribuya para sí el éxito de gestiones que deben quedar
libradas al entendimiento recíproco entre los representantes de los sindicatos
libres y las empresas patronales”.
Pese a las protestas, el decreto no se anuló y hasta el 7 de
enero de 1946 las empresas tenían tiempo de abonar el S.A.C.. En la delegación
regional Santa Fe de la Secretaría de Trabajo se agolpaban los trabajadores
para denunciar el incumplimiento y diversos gremios se declararon en huelga
exigiendo el cumplimiento del decreto que instauraba el “sobresueldo”.
La Unión Gremial Obrera Local (UGOL), agrupaba en la ciudad
a los sindicatos llamados “libres”, es decir no peronistas. En el segundo día
de huelga, aconsejó a sus gremios a adherirse. Pero no se privó de decir, en un comunicado,
que el decreto 33.302 era “criticable en lo que se refiere a su propósito de
controlar y dividir al movimiento obrero argentino, política fascistizante que
debe ser rechazada por todo trabajador consciente”.
Mientras el paro se extendía, la Junta Ejecutiva de la
Industria, el Comercio y la Producción, lanzó un lock out para los días 14, 15
y 16 de enero, con el cierre de industrias y comercios.
La Agrupación de Enlace Gremial Obrera de Santa Fe (peronista)
emitió una declaración que calificó a la medida de “movimiento burgués inspirado desde las
alfombras donde se reúnen los magnates
de la Industria, el Comercio y la Producción”.
Finalizado el lock out, los comercios e industrias fueron
aceptando que no tenían más remedio que abonar los aumentos y el aguinaldo y lo
hicieron.
La campaña electoral siguió su curso y el 24 de febrero, los
trabajadores hicieron su elección.
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