A la conclusión llega después de contar los tres casos. En el primero, Ruth Snyder “se hallaba en relaciones” con un vendedor llamado Henry Gray, mientras su marido Robert Snyder, trabajaba como editor de una revista. Ruth y Henry armaron un plan para eliminar al marido. Henry escribió cartas y simuló llamadas por teléfono que le indicaban que él se hallaba en Siracusa en el momento en que se perpetró el crimen y la señora concurrió a una comida con su esposo. Al día siguiente este fue encontrado muerto después de haber sido cloroformado y la señora amarrada con gruesos cordeles. La policía desbarató el plan.
Casi simultáneamente, Lucy Búster Early fue detenida y sometida también a
Finalmente, está el caso de Susan Raser. Su esposo Edgard falleció aparentemente de una afección al corazón. Después ella desapareció. Más o menos al mismo tiempo, Frank Van Sickle , quien era pensionista en la casa de
La conclusión para el diario es obvia.
Es una cosa singular que las tres mujeres acusadas de haber asesinado a sus maridos, en sus respectivas casas, se hallan cerca de lo que se ha llamado la edad peligrosa”; una tenía 32, otra 31 y la última 42. Por si hacían falta más pruebas, El Orden señala: “Todas han vivido con las apariencias de ser personas respetables y todas tienen hijos. Las tres sostienen que son inocentes.
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