90 años

Que un medio gráfico sea capaz de llegar a los 90 años es sin duda un motivo de festejo. Y en estas ocasiones, sólo hay lugar para el autohalago. No estaría mal que alguna vez los propietarios de medios bajen del pedestal que ellos mismos construyeron y al que ellos mismos se subieron y hagan algún esbozo de autocrítica. Sobran los motivos.

Antes de fundar El Litoral, don Salvador Caputto dirigió La Palabra. E hizo allí gala de su prosa y de sus ideales políticos. En una faceta poco recordada, Caputto solía editorializar en aquel efímero periódico a favor de las masas obreras. Claro que pasará el tiempo y se adecuará a su función de propietario de un medio de comunicación con fuertes vínculos con la política local. Poco tiempo bastó para que quedara bien atrás la declaración de principios de 1918. Gastón Gori reprodujo en su célebre La Forestal algunos párrafos que el diario dirigido por Caputto dedicó al conflicto de los peones rurales del norte provincial. “Insistimos en creer necesario algún método civil que concluya con la anormalidad. Debe haber allí personas que se hallan en condiciones de obrar eficazmente; si el gobierno solicitase el concurso de esas personas concediéndoles amplitud en sus funciones, es muy probable que las cosas se apacigüen. De lo contrario —lo decimos con conocimiento del terreno— se necesitará mucha fuerza para matar a todos los obreros rebeldes que hoy se amparan en los montes que habitaron buena parte de sus vidas” (1). En el suplemento aniversario de 1993, Luis Di Filippo recordaba: “Nada se publicaba sin su vistazo” (2).

Caputto murió en 1939 y su nombre pasó a la posteridad: una calle lleva su nombre a instancias del intendente de facto José Ureta Cortés, en 1967. Don Pedro Víttori corrió mejor suerte. Tiene calle propia desde 1992, tras un mensaje al Concejo del intendente Jorge Obeid.

Como este post no tiene más pretensión que la de desempalagarme en estos días de festejo (una historia no edulcorada del diario es realmente necesaria), traigo a colación a don Néstor Víttori, actual directivo de El Litoral y dirigente campestre, y sus últimas referencias al ex intendente y gobernador que le puso a una calle el nombre de su abuelo.

El voto de Obeid en el reciente conflicto campero, fue una afrenta para el hombre de negocios. “Yo creo que él va a tener que dar una explicación, que se vincula con todo ese runrún que circula hace mucho tiempo sobre lo que fue su desempeño en los años setenta. Yo he escuchado muchas apreciaciones que lo califican de traidor, de que había delatado gente, de que culpa de él había muerto gente, y creo que esto es una cosa que hoy ha cobrado un particular impacto”. Lo dijo el dueño del diario que apoyó el golpe militar de 1976 y que jamás realizó una autocrítica.

Una etapa ha terminado en la vida nacional. La determinación de las fuerzas armadas, evidentemente fruto de un sereno análisis, ha puesto fin a un largo y penoso proceso de deterioro, señalado coincidentemente por los más variados sectores de la opinión pública. La trascendental responsabilidad asumida por el Ejército, la Marina y la Aeronáutica aparece como una consecuencia lógica ante el desgobierno, las contradicciones, la anarquía, el caos económico, la prepotencia, la subversión y la implacable destrucción general que marcaron a la existencia ciudadana en este último período (3).

Una historia menos melosa del diario es tarea pendiente de la ciudad. Sobran los motivos…

Notas:

(1) El Litoral, 15 de febrero de 1921. Citado por Gori, La Forestal. La tragedia del quebracho colorado. Santa Fe, Mauro Yardín Ediciones, 2006. P. 183. El resaltado es mío.

(2) El Litoral 75 años, p. 21.

(3) El Litoral, 24 de marzo de 1976.