En septiembre de 1914 se desarrolló en la ciudad una huelga de matarifes. El diario Santa Fe lo analizaba así:
“Ya el pueblo lo sabe. Fue ayer a los mercados por el elemento esencial para el diario puchero y encontró los puestos de carne vacíos. Los matarifes se habían retirado. No querían vender su mercadería sin tener la más absoluta seguridad de continuar en su equivocación. La equivocación consiste en desollar al vecindario en vez de sacarle la piel a la res”.
Marcaba el periódico que, como se sabe, el comercio es libre y si los abastecedores se negaban a continuar el negocio, estaban en su derecho. Pero tratándose de un artículo de primera necesidad, el gobierno debía hacer algo.
La municipalidad debe proveer de carne al vecindario todos los días. ¿Cómo? A cualquier costa. Mejor si lo hace sin gastar dinero; pero si no puede hacerlo de otra manera, gastándolo. ¿Qué gastaría? El dinero del pueblo. ¿Para bien de quién lo gastaría? Para bien del pueblo. Muy bien gastado entonces.
La solución para el diario Santa Fe estaba al alcance de la mano. “Siempre hay varios medios para hacer las cosas buenas”, decía.
“Uno de éxito seguro sería adquirir en Buenos Aires carne de frigorífico y venderla a precio de costo, gastos inclusive. Sabemos bien que podría venderse así carne de primera clase a un precio intermedio entre 45 y 50 centavos el kilo: ¡quilos de mil gramos, no quilos cojos!”, señalaba teniendo en cuenta las denuncias que desde varios años antes había sobre cuánto tenía el kilo en los mercados santafesinos.
Afirmaba el Santa Fe que si el gobierno municipal se ponía a la altura de las circunstancias, en lugar de hacer daño, la huelga de los matarifes podía ser un beneficio. “Siendo municipales los mercados se está a un paso de la municipalización de este servicio. Dése ese paso. A lo menos reglaméntese con inteligencia el uso de los mercados, en forma que permita a la comuna contrarrestar ese comercio, y en lo porvenir no habrá explotación ni huelga”.
Bien diferente a estos tiempos, el periodismo santafesino en 1914 militaba a favor del vientre de todos. Así lo manifestaba: “Nadie tiene derechos legítimamente adquiridos contra el vientre de todos y cada uno de los que formaban
1 comentarios:
Que paralelismo con nuestros tiempos. Sin dudas la irrupción, masificación y monopolio de los mas-medias han generado cambios, hasta el punto de poner a un pueblo del lado de su verdugo. La efectividad de los medios modernos para desinformar y crear realidades a la medida del poder es increíble. Le armaron un set de Hollywood a un tilingo que le hablaba de igual a igual a un presidente DEMOCRÁTICO de la republica. Y durante 20 días el monigote tuvo el raiting más absoluto de la tv argentina. Y la gente lo aplaudía, .... les estaba privando la comida a sus hijos pero lo aplaudían. Que extraño no?
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